Lo que enseña de mantenimiento web un bañador
Este post viene a cuento de mi necesidad de comprar un bañador el otro día. Y es que una situación que en principio es normal puede poner sobre la mesa aspectos relevantes sobre el entorno de las empresas y sus estrategias de marketing online y digital, y del poco valor que a veces las marcas dan a las actualizaciones de su página web.
Como primer dato decir que soy nadador, usuario habitual de piscinas cubiertas, y por lo tanto cada pocos meses cambio de bañador debido a la corrosión que el cloro del agua produce en la tela del mismo. Da igual que me esfuerce en aclararlo en la ducha nada más salir de nadar. En unos meses termino por necesitar un bañador de natación nuevo. Pues bien, cada vez que quiero cambiar de bañador lo normal es que busque por internet alguna tienda de ropa de natación y mire las novedades. De paso, ya que estoy inmerso en la búsqueda y navegación por páginas de ropa deportiva, suelo pegar un vistazo a las gafas de natación, gorros y chanclas de piscina, y aunque en ese momento únicamente necesite el mencionado bañador para nadar (ojo a la venta cruzada), nunca está de más pegar un vistazo por si hay algo interesante que comprar.
El caso es que desde el momento que nos metemos en la piscina nuestro equipamiento de natación empieza a degradarse por la acción del cloro y, como es evidente, los nadadores y nadadoras nos vemos abocados sin remedio a realizar periódicas compras de material para sustituir los bañadores desgastados.
El motivo en sí por el cual cambiamos de equipación para nadar es indiferente para este caso, pero no la acción de compra. Cada cierto tiempo irremediablemente visitamos establecimientos físicos o tiendas online.
Así que necesitando un bañador lo que hice fue buscar por internet, no encontrar nada que me satisficiera y, por ese motivo entrar finalmente en la página de una marca que ya conocía, que además es bastante conocida en el mundo de la natación española y, por supuesto, también en Valencia. Lo importante de esto es también la acción: navegar por el sitio web de una marca de bañadores de natación y ver sus productos.
Mi sorpresa en su página web fue ver lo siguiente en el apartado «Nuestras tiendas»:
Sábados por la tarde abierto.
Horario de: 17:00 a 20:30.
Perfecto, pensé. En lugar de acercarme el sábado por la mañana podría hacerlo por la tarde, y el tiempo de la mañana podría dedicarlo a otra cosa. Así que otra acción importante en este caso fue: visitar la tienda en el horario comercial siguiendo las indicaciones de la tienda.
Así que en lugar de acercarme el sábado por la mañana, lo hice el sábado por la tarde, y en lugar de regresar a casa con un bañador nuevo lo hice con cara de haba al encontrarme en el cristal de la tienda:
Y es que aunque nos parezca mentira a algunas personas, hoy en día siguen sucediendo estas cosas. Estamos rodeados de tecnología, respiramos y engullimos Gigabytes de información con nuestros dispositivos móviles, nos acostamos y levantamos rodeados de internet y aun así seguimos sin fijar en nuestra mente que una página web no es una cosa mona y chula independiente de nuestro negocio. Una página web es una extensión de nuestro negocio y como tal debe recibir las actualizaciones y modificaciones necesarias para reflejar los cambios que hagamos en el «negocio real».
Una simple y sencilla actualización de la página web me habría ahorrado las molestias del desplazamiento, gasto de energía y pérdida de tiempo, eso sin contar que fácilmente podrían haberme perdido como cliente.
Porque en sí hoy en día un mantenimiento web no supone un gasto enorme para nadie. Hay disponibles infinidad de gestores de contenido que pueden facilitarnos la vida hasta límites insospechados cuando se trata de tener la página web de nuestro negocio siempre actualizada. Y para los casos que no queremos perder tiempo trasteando con cosas de informática, podemos contratar a un diseñador web profesional que realmente va a optimizar el tiempo y darnos rentabilidad con las tareas cotidianas.
Y como ejemplo pongo a la mayoría de profesionales freelance que contratamos a gestorías para todo el papeleo. Por qué marearnos con cosas que otros pueden hacerlas mejor y en menos tiempo a módicos precios.
Así que se mire como se mire, hay pocas excusas para no actualizar la página web de la tienda o negocio. Siempre es preferible satisfacer a un cliente que perderlo por no haber cambiado una línea de texto en donde se indicaba sábados tarde abierto.
En fin, que al final de todo, una pequeña contrariedad ha encendido la chispa para volver a darme cuenta de la necesidad de actualizar nuestras páginas web. Es algo tan obvio que muchísimas veces nos pasa desapercibido.
¿Qué te parece? ¿Perderías a un cliente por no actualizar el horario de tu tienda?